Mateo 6:9-15

¿Batallas en tu vida de oración? ¿Crees que es una pérdida de tiempo, o un tiempo agradable de refrigerio y esfuerzo para el Reino de Dios? Muchos encuentran su tiempo de oración difícil y se preguntan si están orando por las cosas debidas. Otros se distraen en la oración y se quedan dormidos o terminan soñando despiertos sobre cosas que no vienen al caso. ¿Cómo puedes aprender a orar y a orar eficazmente? Estos son los temas que Jesús menciona en Mateo 6:9-15. Esta sección de las Escrituras se conoce comúnmente como El Padrenuestro; sin embargo, se le debería llamar la oración del discípulo porque es un modelo de oración para los discípulos de Jesucristo.

Espero que este estudio te desafíe, te anime y te motive a cultivar una vida de oración más eficaz. Estoy convencido de que la oración es un aspecto muy importante de tu crecimiento y madurez en tu andar cristiano. Pero, ¿es importante para ti la oración? ¿Ves lo esencial que es para mantener tu comunión con Dios y la fortaleza que necesitas en tu vida diaria? Esta es la razón por la que Jesús profundiza su enseñanza sobre la oración después de hablar con los discípulos acerca de la generosidad, la oración y el ayuno. Debes estar consciente de que Jesús nunca habla de algo a menos que sea importante. En ese momento en particular, los discípulos no tenían la menor idea de su necesidad de oración. ¿Por qué digo eso? Si lees Lucas capítulo 11, que es aproximadamente el punto medio del ministerio de Cristo, observa lo que sucede. Lucas dice, "Aconteció que estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, Le dijo uno de Sus discípulos: 'Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos.' Y Él les dijo: "Cuando oren, digan: ‘Padre, santificado sea Tu nombre'". Jesús les enseña exactamente lo mismo que se encuentra aquí en nuestro texto en Mateo 6. ¿No te parece interesante que en este momento en particular-a mediados del ministerio de Cristo-al ver los discípulos que Él constantemente se separa para orar, finalmente reconocen que ellos necesitan orar? Los discípulos probablemente se preguntaron, ¿Por qué lo hace? ¿Por qué lo hace tantas veces? Esta es la razón por la que ahora le piden, "Señor, enséñanos a orar". Antes de esto no reconocían su necesidad de oración. Pero ahora Él les enseña cómo orar. ¿Le has pedido al Señor que te enseñe a orar? Espero que sí, porque lo necesitas. Si no lo has hecho, ¡pídeselo ahora!

¿Cuáles deben ser los puntos de enfoque en la oración?
¿Cómo debemos entender esta oración que nos dio Jesús? Es un modelo de oración. En otras palabras, te da los puntos de enfoque más importantes que debes tener en tu tiempo de oración. Es por eso que Jesús dijo, "Ustedes, pues, oren de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea Tu nombre. Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad Así en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro de cada día. Y perdónanos nuestras deudas (ofensas, pecados), como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que nos ofenden, nos hacen mal). Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno). Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén'. Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones (faltas, delitos), también su Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones (faltas, delitos)".

Primero mira la frase, "de esta manera". La palabra griega significa: de este modo, o como este ejemplo. Por lo tanto, este es sólo un ejemplo o un patrón de oración. No es una oración que se debe recitar repetidamente como si hubiera un beneficio al recitarla palabra por palabra como lo hacen muchos en la iglesia. ¿Por qué digo esto? Si regresas a Mateo 6:7, Jesús advirtió a los discípulos, "Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los Gentiles". Por lo tanto, Cristo no quiere que esta oración, ni cualquier otra, se convierta en un rito religioso que se debe recitar para agradar a Dios. Repeticiones sin sentido de cualquier oración no tienen ningún valor porque Dios no quiere un rito religioso, quiere que hables con Él de corazón. Además, estas mismas palabras, "de esta manera", claramente se utilizan para describir un ejemplo. Pedro escribió, "Porque así también se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos" (1 Pedro 3:5). En este pasaje puedes ver que Pedro usa la misma frase griega para que las mujeres siguieran el ejemplo de las santas mujeres del pasado y se sujetaran a sus maridos. El Padrenuestro es un ejemplo de cómo debemos orar y las cosas esenciales sobre las que debemos orar están incluidas en esta oración.

Las dos partes de esta oración
Este modelo de oración está dividido en dos partes: lo que le concierne a Dios y lo que te concierne a ti. Es muy interesante que los Diez Mandamientos están divididos de esta misma manera. Los primeros cuatro mandamientos se refieren a tu relación con Dios, y los últimos seis mandamientos se refieren a tu relación con los demás. Aún más, los dos grandes mandamientos se dividen de la misma manera. Debes amar a Dios primero y luego amar a tu hermano.

¿Qué debes alzar en oración?
Hay siete cosas que Jesús quiere que alces en oración. Estas deben ser tus puntos de enfoque. Veámoslas individualmente.

1. Reconoce al Padre que te ama y que es soberano sobre todas las cosas. "Padre"
¿Cuándo comienzas a orar, te concentras primero en la Persona con la que estás hablando? Esto es muy importante porque estás hablando con Aquel que creo todas las cosas. Él es el que creó miles de millones de galaxias en el espacio, y Él es el que te creó a ti. Él es el que posee todo el poder en el cielo y en la tierra. Él es también quien te amó lo suficiente para redimirte de tu pecado, es quien te sustenta a ti y a todo ser viviente en este mundo. Y ¡Él es tu Padre! ¿Lo consideras tu Padre, o sólo un Dios impersonal? ¿Cuál de los dos? Pero, no cabe duda, Él también es Señor y Dios. No digo que esté mal llamarle así, a lo que me refiero es esto: ¿con qué frecuencia le llamas Padre? ¿Clamas a Él como lo harías con un padre terrenal? Creo que es esencial que comiences tu oración de esta manera porque tienes que reconocer que es por Él que estás aquí y has sido redimido de tus pecados. En Romanos 8:15 Pablo enseñó: "Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: "'¡Abba, Padre!'". Gálatas 4:6, "Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, clamando: '¡Abba! ¡Padre!'". 'Abba' significa padre en arameo. Y la última palabra, 'padre' es la palabra griega que significa padre. Entonces dice, Padre, Padre. ¿Por qué Pablo le da tanta importancia a nuestra vida de oración y al uso del término Abba Padre cuando clamamos a Él? Jesucristo también usó esta misma frase cuando oró en el huerto. Él dijo, "Abba, Padre" (Marcos 14:36). Este término describe el afecto y el cariño de un niño hacia su propio padre. Jesús nos enseña a que nos acerquemos a nuestro Padre como un niño, con fe y la certeza de Su amor. Así es como un niño clama a su propio padre. ¿Por qué? Porque está seguro de que su padre lo ama. Los niños saben que tú, como padre de familia, eres el que siempre los cuidará, proveerá para ellos y suplirá sus necesidades. En el Sermón en el Monte, Jesús se dirige al Padre diecisiete veces. Eso no es una simple coincidencia. La intención de Cristo era de llevarnos a esa misma relación que Él tenía con Su Padre. Por lo tanto, reflexiona sobre cómo te diriges a Aquel a quien oras. ¿Le hablas a Aquel que te ama con todo Su ser, que te creó y redimió y que tiene el poder necesario para contestar tu oración? Fija firmemente tus ojos sobre tu grandioso Dios.

2. Alabanza y adoración del Santo. "Santificado sea tu nombre".
Segundo, Cristo nos urge que reconozcamos y adoremos al Padre que es santo y merece ser venerado. La palabra 'santificado' significa santo o venerado. Su nombre debe ser reconocido como santo porque Él es santo, puro y justo. El nombre representa lo que la persona es, y lo que Él es, es muy importante. Él es santo. Él es diferente a todos y a todo. No hay nadie como Él (Deuteronomio 33:26; 1 Samuel 2:2). Yo soy muy diferente. Soy corrupto y necesito Su santidad. La santidad debe ser el objetivo principal en mi vida. Para poder experimentar Su santidad debo venerarlo como el Santo. Cuando te acercas a Él en oración, ¿vienes con la intimidad de conocerlo como Padre y a la vez como el Santo? Esto es muy importante. Debes tenerle un cariño íntimo como tu Padre, pero también respeto porque Él es el Santo. Esta actitud doble es algo muy importante. Es el equilibrio necesario para tener una relación apropiada con el Padre. Es reconocer el amor y la santidad del Dios Santo que tiene: "el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor" (Filipenses 2:9-11). La mayoría de los judíos nunca mencionaban el nombre personal de Dios. Solamente decían, El Nombre. Creían que Su nombre era tan santo que sus propios labios corruptos no podían mencionar Su nombre personal. Creo que esta es una de las razones por las que Jesús se dirigió a Él como "Padre nuestro" para equilibrar el concepto de Dios que el pueblo tenía. ¿Ves al Padre como el Santo y es el objetivo principal de tu vida ser como Él? Es por eso que Pedro dijo, "Sean santos, porque Yo soy santo” (1Pedro 1:16). Por lo tanto, en todas tus oraciones debes reconocer y adorarlo como el Santo y recordar que toda petición debe ser motivada por el deseo de ser como Él.

3. Entrégate a Su Reino y a Su voluntad. "Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad".
El tercer aspecto general que Jesús enfatizó a Sus discípulos es la entrega. Es reconocer que Su reino y Su voluntad están por encima de ti. Esto también es esencial para tu vida de oración para que no pidas solamente que Dios bendiga tu reino y tu voluntad. Dios quiere que tengas las prioridades correctas, y que tu corazón se someta a estas prioridades. Cuando te acercas al Señor en oración, reconócelo como tu Padre amoroso. Regocíjate en el amor que Él tiene por ti. Reconoce Su santidad y entrégate a Su voluntad y a Su reino para que todo lo que pidas en oración magnifique Su voluntad y Su plan. Al reconocer esta verdad en tu corazón e implementarla en tu vida, encontrarás la verdadera satisfacción y felicidad. ¿Por qué? Porque estarás en armonía con la razón por la que Dios te creó. Esta es la razón por la que existes. Mientras que no reconozcas que existes para la voluntad y el reino de Dios, no encontrarás la vida verdadera. Observa lo que la gente reconoce y dice en el cielo al estar ante el trono de Dios en Apocalipsis 4:11: “Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas”. Observa que "todas las cosas", todo lo que Él creó, lo creó para Su voluntad. La preposición griega traducida 'por' en la frase 'y por Tu voluntad' también se puede traducir como "mediante" o "para". Fuimos creados para la voluntad y el placer de Dios y para cumplir Su voluntad y agradarle. Mientras no te sometas a Su voluntad, no encontrarás la felicidad, el gozo, el propósito y la razón por la cual fuiste creado. Cuando un creyente reconoce esta verdad, la reconoce regularmente ante Dios en oración. Así que acércate a tu Padre y reconoce que se trata de Su voluntad y Su reino y sométete a eso. Más adelante en este mismo sermón, Jesús dice en Mateo 6:33, "busquen primeramente el reino de Dios". Cuando buscas primero Su reino, todas las otras cosas en la vida adquieren su debida perspectiva y prioridad. Su reino y Su voluntad deben ser el objetivo final de todo discípulo de Cristo.

4. Tu provisión diaria y necesidades personales. "Danos hoy el pan nuestro de cada día".
El siguiente aspecto de la oración es la petición de tus necesidades personales. Cualquier necesidad, comida, empleo, fortaleza para el día, o cualquier otra necesidad que surja, pídele a Dios que la supla. Al orar por lo que quieres, deseas o necesitas, siempre debes someterlos a la autoridad de Su reino y Su voluntad para tu vida. Tus peticiones deben ser conforme a Su santidad, Su tiempo y Su amor por ti. Pero, recuerda también lo que dijo Jesús acerca de tus peticiones. Él dijo, "su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan"(Mateo 6:8). Tal vez pienses, Si el Señor sabe todo lo que necesito antes de pedírselo, ¿por qué debo pedírselo de todas maneras? ¿Por qué no simplemente me lo da? La respuesta es muy simple. Primero, Cristo nos mandó que le pidiéramos suplir nuestras necesidades. Esa es la razón más obvia. La segunda razón por la que Dios quiere que le pidas es para que en humildad reconozcas tu necesidad. Para que reconozcas tu dependencia de Él para suplir tus necesidades. Así que cada noche cuando veas Su provisión en tu mesa podrás decir con sinceridad, "Señor gracias por Tu provisión". Ten presente que podrías vivir en Somalia o Sudan donde la gente se muere de hambre. Entonces, ¿estás realmente agradecido y crees que Dios te ha provisto de lo que necesitas? El no pedirle a Dios que supla tus necesidades diarias es una indicación de incredulidad y autosuficiencia. El apóstol Santiago dijo, "No tienen, porque no piden" (Santiago 4:2). Por lo tanto, necesito pedir y seguir pidiendo. Pedirle a Dios en oración es una manifestación de mi fe y de una humilde dependencia de Él. En 1 Pedro 5:6-7 el apóstol Pedro dijo, "Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes". La frase, "echando toda su ansiedad sobre Él", se refiere claramente a la oración. Echas toda tu ansiedad sobre Él porque crees que Él se interesa por ti como tu Padre celestial.

5. El Perdón. "Y perdónanos nuestras deudas (ofensas, pecados), como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que nos ofenden, nos hacen mal)".
El perdón es otro aspecto esencial de la oración. El perdón es necesario por nuestra naturaleza pecaminosa que continuamente desea vivir independiente de Dios y hacer lo que se le antoja. Perdonar a otros es también una de nuestras grandes luchas en la vida porque la gente nos hiere y nos ofende. Más que cualquier otro tema, la mayoría de las personas que vienen a hablar conmigo hablan de su lucha con perdonar a alguien que los ofendió, los hirió, o que habló mal de ellos a sus espaldas. Para un hijo de Dios, esta es una lucha constante. En esta enseñanza Jesús establece claramente que si no puedes perdonar, entonces Dios no te perdonará a ti. Él quiere que oremos, "perdónanos nuestras deudas (ofensas, pecados), como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (los que nos ofenden, nos hacen mal)". Jesús expande esta verdad en los versículos 14 y 15. Él dice que si no perdonas, no esperes ser perdonado. Esto debe ser una parte vital de tu vida de oración A veces la gente lee esta declaración y piensa, "Entonces, ¿tengo que ganar Su perdón? Porque si no perdono, Él no me perdonará a mí". No. ¡Por supuesto que no! No hay nada que puedas ganar. Las Escrituras establecen esto categóricamente desde el Antiguo Testamento hasta al Nuevo Testamento. Todo lo que experimentamos es mediante la gracia. Noé halló gracia ante los ojos del Señor, y tú has hallado gracia ante los ojos del Señor. Esa es la única razón por la cual puedes tener una relación con Él. Si has recibido la gracia de Su perdón, entonces mostrarás esa gracia y perdonarás a los demás. Ese es un fruto natural de la gracia. En Mateo 18, Cristo nos instruye detalladamente sobre el tema del perdón. Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces debía perdonar a quien lo ha ofendido. Jesús respondió con esta parábola larga. Le dijo que había un rey, refiriéndose a sí mismo, y que un hombre le debía al rey 10.000 talentos, que en la moneda de hoy sería miles de millones de dólares. El deudor vino y le dijo al rey, "no tengo con qué pagar"; y le pidió al rey que le perdonara la deuda. El rey lo perdonó sólo porque él se lo pidió. Luego el hombre al que se le perdonó esta gran deuda, salió y encontró a otro hombre que le debía a él una deuda muy pequeña. El deudor perdonado tomó al hombre del cuello y le decía, "Paga lo que debes". Ese hombre también suplicó pidiendo que le perdonara su deuda, pero el hombre que había sido perdonado se negó a perdonarle la deuda a este segundo hombre. En Mateo 18:32-33 Jesús enseñó que el rey llamó al deudor que había perdonado y le dijo, "Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste. ‘¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?’. Jesús afirma que, si has sido perdonado, entonces tienes que perdonar. ¡No pases esto por alto! Si realmente reconoces que has sido perdonado, entonces perdonaras. Observa que a este hombre implacable Jesús le llama un siervo malvado. Falta de perdón es maldad. ¡Es la peor maldad! Cada uno de nosotros ha sido perdonado por nuestra maldad, ¡tú debes hacer to mismo!

Sé lo que estás pensando, no puedo hacerlo. No sabes lo me hicieron. No merecen ser perdonados. Bueno, he encontrado una manera muy simple; cuando mi corazón está endurecido y no quiero perdonar, esto es lo que hago. Sí, al igual que tú, ¡yo también he estado en esa situación muchas veces! Lo que hago es esto: Digo, "Señor, por favor, abre mis ojos para que vea lo que me has perdonado." Eso ablanda un corazón endurecido más rápido que cualquier otra cosa. Si al leer esto tienes un corazón endurecido y te niegas a perdonar a alguien, obedece el mandato de Cristo. Jesús dijo, "perdonen si tienen algo contra alguien, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus transgresiones" (Marcos 11:25). Fíjate que esto no es una opción, es un mandato. ¡Hazlo ahora mismo! Pídele al Señor que abra tus ojos para que veas el increíble perdón que has recibido, y tu corazón se ablandará.

6. La tentación y el maligno. "Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno)".
El sexto aspecto de este modelo de oración es que pidamos ayuda en la tentación y que nos libre del maligno. Todos necesitamos buscar la ayuda de Dios para enfrentar la tentación y para que nos libre del maligno. Observa que Jesús relaciona la tentación con el maligno. ¿Por qué? Es muy simple. Donde hay tentación, Satanás también está obrando para tentar a tu naturaleza carnal para que elija el pecado. Jesús quiere que oremos para ser liberados de la obra diabólica del enemigo de nuestra alma.

Pero entonces la gente se pregunta por qué Jesús dijo, "Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación". ¿Acaso tienta Dios a su pueblo y los mete en tentación? No, Dios nunca te tienta. La Biblia establece eso claramente. Santiago nos dice, "Que nadie diga cuando es tentado: “Soy tentado por Dios”. Porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie" (Santiago 1:13). Y entonces, ¿qué significa esto? Esta frase es lo que se llama un paralelismo sinonímico. Un paralelismo sinonímico es una figura literaria que se encuentra muy a menudo en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Estos paralelismos afirman una verdad y luego la siguiente oración es una declaración similar o sinónima que ayuda a entender el significado de la primera declaración. La mayoría de los Proverbios se configuran de esta manera. En el libro de Proverbios verás paralelismos sinonímicos, antitéticos y sintéticos. El paralelismo antitético afirma una verdad y la siguiente declaración es exactamente lo contrario de esa verdad. Esto ayuda a interpretar y entender la primera afirmación.

En esta oración Jesús hace dos declaraciones similares. Oren para que yo los guíe, que los guíe de tal manera que no se meterán en problemas, que no irán a un lugar donde serán tentados, y yo los libraré del maligno. Compara esta oración con lo que dijo Santiago sobre el tema de la tentación. "Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión" (Santiago 1:14). Observa que Santiago enseña que eres tentado cuando eres llevado y seducido por tu propia pasión. Tu corazón necesita ser guiado en otra dirección, no necesariamente en la dirección de tus pasiones. El Señor es el que guiará mi corazón en otra dirección para librarme del maligno. Santiago reconoce que el maligno toma parte en la tentación. Eres llevado por tu propia pasión y "seducido" por Satanás. Esta es la influencia diabólica en la tentación. Santiago menciona dos cosas aquí: tu propia carne y la influencia diabólica que trata de tentarte y llevarte. Cristo fue tentado por Satanás, y tú serás tentado por fuerzas diabólicas todos los días. En Efesios 6:12 dice, "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes (gobernantes) de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes". Por lo tanto, en tu interior tienes una naturaleza pecaminosa que fácilmente te engaña. También existe una influencia diabólica en este mundo que quiere destruirte y ¡constantemente intenta hacerlo! Te miente, te condena y hace todo lo posible por seducirte y alejarte del Señor. Esa es la realidad.

Otra manera de entender la enseñanza de Cristo en esta oración se encuentra en el Salmo 141:4. En ese versículo David ora, "No dejes que mi corazón se incline a nada malo, para practicar obras impías con los hombres que hacen iniquidad". La palabra incline es la palabra hebrea que significa 'causar o predisponer'. David está diciendo, "Señor evita que mi corazón esté predispuesto hacia el mal o hacia las personas perversas". Eso es exactamente lo que Jesús les enseña a los discípulos aquí en este texto.

¿Cómo puedes afrontar esta realidad? Debes orar y lidiar con las dos cosas, tu naturaleza carnal y la influencia diabólica que te rodea. Pablo animó a los creyentes diciéndoles, "considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús" (Romanos 6:11). También en Romanos 8:13, Pablo les advirtió, "Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne (del cuerpo), vivirán". Así es como controlas tu naturaleza carnal. Considérate muerto con Cristo para el pecado que deseas, y por fe y mediante Su Espíritu Santo, deja que Cristo le de muerte a esos viejos deseos en tu interior. Luego, asume la autoridad sobre el maligno que trata de tentarte, engañarte y condenarte. Declara en fe, "El Señor te reprenda, en el nombre de Cristo, por toda tu actividad que me rodea. Asumo la autoridad sobre ti y sobre todas las potestades diabólicas que tratan de destruirme" (Zacarías 3:2; Lucas 10:19). Esto es lo que Jesús quiere que oremos. Ora con valentía y con confianza en Su victoria sobre ¡todo el poder del enemigo!

7. ¡Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre!
El séptimo y último principio es que Dios concluye este modelo de oración con la afirmación que quiere que tengamos en mente cuando terminemos de orar. Esta afirmación es el hecho de que todo lo que pido en oración debe estar centrado en Su reino, que todo debe ser hecho en Su poder y para exaltar Su gloria. Este debe ser mi objetivo principal. En otras palabras, si mi petición no es para el bien de Su reino ni Su gloria, entonces olvídate. No lo quiero porque al final no tendrá ningún valor. Todo se perderá. No me ayudará, no me satisfará, ni tampoco será bueno para mí. Dios promete que no me negará nada que sea bueno para mí. Si Él te está negando algo, puedes estar absolutamente seguro de que no es algo bueno para ti, o al menos no es bueno en este momento. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende del Padre de las luces. Puedes estar seguro de que el corazón de Dios es así y esto es lo que quiere para ti.

Sugerencias útiles para tu vida de oración.
Permíteme darte un par de sugerencias útiles que te ayudarán a tener un tiempo de oración más eficaz. Estas son cosas que me han servido mucho en mi propia vida de oración. Me ayudan a mantenerme en la senda correcta y a permanecer centrado al orar.

En primer lugar, debes disciplinarte y fijar una hora determinada para reflexionar y orar. Si no te disciplinas y no fijas la hora para orar, no lo harás. Tu día estará repleto de muchas otras cosas. Si no te disciplinas y no fijas una hora determinada para leer tu Biblia, no lo harás. Si no te disciplinas para ir a la iglesia, entonces no participarás en la comunión y la adoración colectiva, ni en la enseñanza de la Palabra. Es necesario que te disciplines porque te beneficia y te edifica. Fija un tiempo determinado para orar. Todos tenemos días agitados que nos obligan a establecer nuestras prioridades. Cuando tenía niños pequeños en casa, iba al parque antes de ir al trabajo. Me sentaba por unos minutos para orar y leer mi Biblia. Si no hay un lugar tranquilo en tu casa puedes probar esto o alguna otra manera creativa de tener un tiempo de reflexión. Las esposas probablemente estarán pensando, "¿Y yo? Yo también necesito un tiempo de reflexión". Bueno, cuando los niños toman su siesta, te tienes que disciplinar y aprovechar ese tiempo para orar y leer la Biblia. O cuando los niños están más grandecitos y van a la escuela, utiliza ese tiempo. Si no lo haces en ese momento, no lo harás. Durante tu tiempo de reflexión apaga tu teléfono y todos tus dispositivos electrónicos. De esta manera tu tiempo con Dios no tendrá ninguna interrupción.

Segundo, si te distraes fácilmente, o si te duermes cuando oras, entonces debes orar en voz alta. Esto me ayuda mucho a mí. Sé muy bien lo que sucede; piensas, Me recostaré en el sofá para orar. Y de repente, te quedas dormido. O tal vez oras sentado pero tu mente está pensando en la lista de cosas que tienes que hacer ese día, o simplemente sueñas despierto. Eso lo sé por experiencia propia. Es por eso que orar en voz alta da resultado porque disciplina la mente. La mente tiene que seguir el movimiento de los labios. No puedes soñar despierto si tus labios hablan de otra cosa. No es posible hacerlo. Así que trata de orar en voz alta y ¡verás lo que sucede!

También es posible soñar despierto cuando lees la Biblia. ¿Alguna vez has leído un capítulo de la Biblia y luego piensas, qué es lo que acabo de leer? Entonces, haz lo mismo, lee en voz alta. Verás que te ayudará mucho a controlar tus pensamientos. Tu mente no puede soñar despierta si tus labios están leyendo la Palabra en voz alta. El leer en voz alta te ayuda a concentrarte en lo que estás leyendo. Es muy eficaz.

Déjame contarte una divertida anécdota sobre ese tema. En un libro sobre el presidente Abraham Lincoln, leí un comentario hecho por William Herndon, socio del bufete de abogados de Lincoln. Él dijo que cuando trabajaban juntos una de las cosas que le molestaba mucho de Abraham Lincoln es que cada vez que Lincoln entraba en su despacho leía los libros jurídicos en voz alta. Herndon dijo que esto lo volvía loco y le preguntó por qué hacía eso. Lincoln respondió que leía en voz alta porque le ayudaba a concentrarse en lo que estaba leyendo y mejoraba su comprensión del material. Espero que lo intentes. Es muy eficaz. Yo oro en voz alta y leo en voz alta. Ya no me distraigo y no me quedo dormido.

Mi tercera sugerencia es que si quieres mantener la concentración mientras oras, escribe una lista de las cosas importantes que quieres mencionar en tu oración. Modifica esta lista regularmente para que tu oración no se convierta en una rutina. Una lista de oración te ayudará a mantener los principios que mencioné en perspectiva. Comienza por confesar a tu Padre y confía que te ama como Su hijo/a. Adóralo y reconoce que Él es santo y que tú deseas ser santo. Pídele que Su reino y Su voluntad sean la mayor prioridad de tu día. Confía en que proveerá todo lo que necesites ese día. Asume la autoridad sobre el príncipe de las tinieblas y sobre tu propia carne que te tienta a desobedecer. Sométete a Su Espíritu para que reine en tu vida y luego intercede por aquellos que tienes en el corazón. Puedes hacer una lista de problemas, personas por las que quieres interceder y las cosas que Dios te ha estado comunicando en tu lectura de la Biblia. Si incluyes estas cosas en tu lista, tu tiempo de oración será muy eficaz.

Mi cuarta sugerencia es gratitud. Haz otra lista de las oraciones que Dios ha contestado. Esto te llenará de gratitud, la cual debe encabezar tu lista. ¿Cómo puedes mostrar gratitud si no recuerdas porqué debes estar agradecido? La oración contestada es la razón principal por la cual debes dar gracias. En la epístola de Filipenses 4:6 dice, "Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios". ¿Qué oraciones te ha contestado Dios? Reconoce Su poderío y Su sensibilidad hacia ti. Esto hace que tu vida de oración sea muy sincera.

Quinto, persistencia. En Lucas 11:5-13, Jesús enseñó: “Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y va a él a medianoche y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que ofrecerle;’ y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme para darte nada.’ Les digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad (insistencia) se levantará y le dará cuanto necesite. “Así que Yo les digo: pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. O supongan que a uno de ustedes que es padre, su hijo le pide pan, ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un pescado, ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? O si le pide un huevo, ¿acaso le dará un escorpión? Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se Lo pidan?”. Después de dar este modelo de oración, Cristo los animó a persistir. Es muy sencillo. Si tienes un amigo que viene a tu casa a medianoche desesperado, pero tú no te quieres salir de la cama para ayudarle, te levantarás si tu amigo persiste en llamar a la puerta. Pero Jesús está diciendo que tu Padre celestial es todo lo contrario. Él quiere darte lo que necesitas. Te quiere dar una abundancia de Su Espíritu en tu vida. Entonces, ¿por qué no vas a pedir, buscar y llamar a Su puerta? Estos tres verbos, pedir, buscar y llamar están en el tiempo presente, lo que quiere decir que Jesús quiere que continuamente pidas, busques y llames a Su puerta, y Él derramará una bendición tan grande que no la podrás contener. No te dará una piedra si le pides pan. Si le pides un pescado no te dará una serpiente. En otras palabras, Él no te dará algo que te causará daño ni se burlará de ti. Él te quiere dar buenas dádivas. Por lo tanto, ¡acércate con confianza al trono de la gracia para recibir de Él (Hebreos 4:16)! ¡Él está esperándote!

Oremos. "Padre, te agradezco porque sé que nos amas y quieres darnos buenas dádivas. Abre nuestros corazones para que podamos creer en tu enorme bondad y tu amor por cada uno de nosotros. Danos un corazón dispuesto a orar. Danos un corazón dispuesto a creer. Danos un corazón dispuesto a buscarte.

Si nunca le has entregado tu vida a Cristo, o si no estás seguro si realmente eres un creyente, quiero darte la oportunidad de ser perdonado y experimentar la misericordia de Dios. Dios te mostrará Su misericordia en este mismo momento si le pides perdón y lo invitas a tomar control de tu vida. Limpiará tu corazón si reconoces tu pecado y estás dispuesto a abandonar tu estilo de vida pecaminoso y a seguirlo a Él. Si lo quieres recibir en este momento, te sugiero que ores y digas, "Señor, perdóname. Reconozco mi pecado. He quebrantado tu ley. Perdóname. Jesús, ven y toma control de mi vida. Te recibo por fe en este momento. Quiero ser tu discípulo. Si acabas de orar esta oración, confiésale tu fe a alguien hoy mismo. Envíame un correo electrónico a This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. y te mandaré material para creyentes nuevos que te ayudará a establecer tu relación con Cristo.